lunes, 20 de junio de 2011

Una de cal y otra de arena.12#

Y todo empieza con una sencilla y simple pregunta....¿estás bien? Una pregunta tan normal que en otras ocasiones puede significar diferentes cosas pero que hoy cobra un cierto sentido especial. Ves como la gente se acerca a ti con una expresión de tristeza, hasta gente que ni si quiera conoces te mira con ojos tristes y de reojo cuando pasas por el pasillo. Y entonces te temes lo peor, ¿has pasado algo malo?, por que sí, esa expresión la tienen por ti a pesar de que tú estas feliz y contenta y empiezas a no entender lo que sucede. Entonces se te acercan y formulan la dichosa pregunta, la que has oído varias veces en el día de hoy, y tú les respondes que sí que estás perfectamente que no has estado mejor en tu vida, y su cara pasa de la más profunda tristeza a la más incrédula de las sorpresas por tu estado. ¿Y qué se suponen que esperaban? ¿Encontrarme en una esquina sola llorando por lo ocurrido? Y esto se repite una y otra vez y cada vez entiendes menos por qué.
Una historia siempre se diversifica en dos:
1) A los que les toca la parte feliz y se llevan las risas y las sonrisas de todo el mundo
2) A los que les toca aguantar el chaparrón, las caras tristes y los rincones oscuros de su corazón.
Y sin pedirlo y mucho menos demostrarlo, a mí me han etiquetado en la segunda simplemente porque la gente no puede vivir de una sola historia y necesitan lamentarse de alguien para que la felicidad no les inunde por completo.
Digamos que necesitan una de cal y otra arena.

miércoles, 1 de junio de 2011

Hola, soy la distancia y vengo dispuesta a joderte la vida :)

Y es que no se puede evitar. Simplemente sucede y no lo puedes remediar. Le da igual cuan lejos tengas que estar de esa persona, cuando lo vas a poder volver a ver, si alguna vez lo verás más allá de una simple foto guardada en tu ordenador.
Levantarte cada día con la esperanza de que quizás, queda un día menos para volverlo a ver, tener la oportunidad de aunque por solo sea un momento, verle.
Y es que esto no se extiende solo en el ámbito de amar a alguien en la distancia, también en amistades que están demasiado lejos como para que en un mal día te den ese abrazo que tanto necesitas, una sonrisa cómplice que haga que un día nublado se convierta en el más soleado.
Vivir con la certeza, de que aunque cueste, algún día todos los kilómetros que te separan de esas personas, se conviertan en 0.