domingo, 8 de mayo de 2011

Que del amor al odio hay un paso y al revés♥

Odio los días nublados, la falta de luz solar afecta a mi estado de ánimo y el dolor de cabeza que me provocan.
Pero todo cambia cuando empieza llover. Sé que es un poco estraño pero adoro cuando las pequeñas gotitas de agua empiezan a caer del cielo y mojan el suelos, y los cristales de mi ventana. Me encanta sentarme al lado del cristal, con la mejilla apoyada en él y sentir el frío tacto. Es como una caricia helada. Entonces es cuando mi ánimo se recarga y empiezo a disfrutar del día.
Miro fuera he imagino que corro por la calle sin paraguas, empapándome de la cabeza de los pies, pateando los charcos que me encuentro por el camino, cantando 
"I'M SINGING IN THE RAIN, JUST SINGING IN THE RAIN".


La gente me mira pensando que estoy loca, que me he escapado de algún manicomio cercano, pero lo único que les sucede es que son demasiado mayores para recordar lo que se sentía cuando disfrutabas de la libertad. Sus caras contrastan con la mirada divertida de los niños que pasean por allí, con sus pequeños chubasqueros, que me observan con una sonrisa en sus finos labios.
Abro la ventana y dejo que la fría brisa pase dentro de mi habitación, trayendo consigo el olor a mojado de las flores, de la hierba que a mi parecer tienen un color más intenso que cuándo brilla el Sol.
Y entonces llega la noche, la lluvia sigue cayendo y las nubes negras cubren casi por completo el cielo y las estrellas se ven con cierta dificultad. Nunca se ven demasiadas, es lo que tiene la contaminación lumínica de Madrid, pero siempre hay una que brilla por encima de las demás, que tiene una luz especial. Mi estrella. Por supuesto no es mía, ni la he comprado, ni nadie me la ha regalado y le ha puesto mi nombre, pero la llevo observando desde que me alcanza la memoria y la siento como parte de mí; a cualquier sitio en el que he viajado, más cerca o más lejos, si miraba por la ventana allí se encontraba. Se puede decir que es lo más parecido a un ángel de la guarda que tengo.
Y así, con música antigua sonando suave de fondo mi dolor de cabeza se ha convertido y mi hobbie favorito.